Prólogo
Él observba por la ventana, su tierna mirada se pegaba a las abundantes flores del enorme jardín, todas cumpliendo un mismo propósito. Hacer que la mentira no se destruya.
Aquellas flores guardaban un secreto, uno que estaba por ser decubierto. Uno que aquella familia perfecta tantos años se esmeró en esconder.
Todo en aquella gran casa era falso. Las sonrisas impolutas eran falsas, la bondad era falsa, la caridad era falsa. Todo el mundo creía aquel teatro, pero él no. Él que veía desde adentro, él que pasaba la humillación, él que tenía que ser espectador de la imploración por algo que ella ya había ganado, él que miraba sus lagrimas cuando ella creía que no la veían.
Los otoños pasaban y la mirada tierna se marchaba. En su lugar solo quedaban recuerdos y dolor. Se preguntaba qué hizo para merecerlo, mas respuesta nunca encontraba.
—Algún día todo acabará —un día con voz dulce le dijo. Pero cual fue la sorpresa que fue ella la que se acabó.
Mendigó por un poco de ayuda, gritó por bondad y suplicó por humanidad. Aunque nadie hizo nada, solo miraron como una madre dejaba a su hijo desamparado. Entonces se prometió cumplir lo que una vez ella le dijo.
Acabaría con ellos.
¿Leerías el libro por su prólogo?